La participación de la mujer
La participaciones la mujer se considera uno de los escenarios con mas importancia dentro del marco de la educación superior, al igual que sucede en el resto de los ámbitos de actividad de las
economías modernas. “Muchos de los grandes profesionales que hoy lideran el mundo están en deuda con alguna maestra que creyó en ellos y les ayudó a desarrollar su potencial. ¡Son auténticas ‘influencers’! Ana María Farré, autora del libro ‘Mujeres líderes en la educación del siglo XXI’, que ha conseguido reunir a 22 mujeres educadoras, visionarias del cambio que se merece la educación en la actualidad, cree que el papel actual de la mujer educadora ha cambiado tanto que hay que considerarlas como mentoras, facilitadoras del aprendizaje, líderes de proyectos educativos de toda índole, y lo más importante: “Cuentan con un papel clave en el prestigio de la profesión educativa”. Formando parte fundamental de la educación superior en el transcurso de los años.
Empezando con el número de alumnas que se encuentran dentro de la educación superior en
América Latina y el Caribe, el Gráfico 15 muestra claramente que hay un mayor porcentaje de
alumnas que de alumnos. La mujer ha entrado con fuerza en el sistema educativo y no va a
dejar de estar presente de manera continuada y destacable. En este gráfico se ve que, al menos
desde 2010, el número de estudiantes femeninas de educación superior está por encima del
50% en todos los años, alcanzando el 55,43% en 2017. Esto supone una participación de la
mujer a la hora de realizar estudios superiores por encima de la del hombre en 10,26 puntos
porcentuales. Además, la perspectiva es que se mantenga e, incluso, que aumente en los
próximos años.
Esta mayor participación de la mujer en los estudios superiores se produce en casi todos los
países de Iberoamérica, tal como se muestra en el Gráfico 16. Como se puede comprobar,
la gran mayoría de los países presentan porcentajes de participación femenina por encima
del 50% en 2017, destacando por encima del 60% los siguientes: República Dominicana
(63,88%), Cuba (62,37), Argentina (61,69%) y Panamá (60,46%). Por el contrario, el único
país que no supera el 50% de participación femenina en la educación superior es México,
donde esta participación se sitúa en el 49,86%.
Hay algún otro país, además de México, que presenta una ligera reducción de la participación
femenina, pero en ningún caso se sitúa por debajo del 50%. En este grupo están Costa Rica, y
El Salvador, cuyo porcentaje de mujeres es en 2017 el 54,24%, y 53,76% % respectivamente.
Hay que señalar también que en algunos de los países considerados el aumento de la
participación femenina ha sido espectacular en el período analizado. Así, Uruguay ha pasado
de un 11,16% a un 51,66%, y Perú de un 18,16% a un 55,40% de mujeres en el alumnado
de educación superior. El primero ha visto aumentada la participación femenina en 40,5
puntos porcentuales y el segundo en 37,24 puntos porcentuales en seis años.
Fuente: Diagnostico de la educación superior en iberoamérica 2019.
El Gráfico 17 muestra como el porcentaje de mujeres que obtuvieron en 2017 su graduación
es superior al porcentaje de hombres, en concreto el 58,18% de mujeres frente al 41,88%
de hombres. Esto muestra que los resultados obtenidos por las mujeres son mejores que los
alcanzado por los hombres. Además, esto se está repitiendo año tras año desde, al menos, el
año 2010, puesto que los hombres durante todo el período no superaron el 44%.
Si observamos los datos por países, se comprueba que en 2017 solamente Bolivia y Perú
muestra un porcentaje de mujeres graduadas por debajo del 50%, al alcanzar únicamente
el 45,29% y 48,42 respectivamente. El porcentaje más alto, lo presentan la República
Dominicana (65,78%), Argentina (65,62%), Panamá (65,04%) y Honduras (64,18%). Otros
países que también superan el 60% de mujeres graduadas son Puerto Rico, Uruguay, Costa
Rica y Brasil.
El Gráfico 18 muestra como para la región de América Latina y el Caribe el porcentaje de
mujeres que se dedican a la docencia en la educación superior no alcanza el 50% en ninguno
de los años considerados (2010-2017). La mejoría mostrada entre el año 2010 y el 2017
es únicamente de 0,88 puntos porcentuales. Es decir, que la participación de la mujer en la
educación superior en estos siete últimos años ha mejorado solamente en menos de un 1%.
Es previsible que en los próximos años se empiecen a ver cambios en estos valores, pero habrá
que esperar a comprobarlo. Sobre todo, habrá que ver cuál es el ritmo al que se incorporan las
mujeres a las plantillas docentes e investigadoras de las universidades de los distintos países.
Fuente: Diagnostico de la educación superior en iberoamérica 2019.
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